Los Cristeros
no son de derecha ni de izquierda, son del Cielo.
Matías Meyer.
Matías Meyer.
E
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l pasado 27
de febrero en torno al Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) se presentó en el teatro Javier
Barros Sierra de la FES Acatlán el largometraje Los Últimos Cristeros, de Matías Meyer, basada en un par de libros,
el primero, una novela de Antonio Estrada, hijo de uno de los últimos
cristeros, Florencio, el Coronel
Estrada y el otro que es una crónica llamada Testimonio de un Cristero, del coronel Barragán; además de toda una
recopilación de imágenes al respecto que ayudan a construir la fotografía del
filme.
Esta
película, que no quiere ser una apología de los cristeros, ni una caricatura,
pero tampoco busca explicarlos, sino sólo contemplarlos por que trata
justamente de mostrarnos cómo cree el director –basado en algunas fuentes
verídicas– que vivieron los soldados de Cristo que pelearon en el Bajío tras el
pacto entre la iglesia y el Estado, por defender, aparentemente, su religión
ante la persecución de éste último. Al respecto, el director menciona una
anécdota que contaba algún cristero al padre de aquél –El historiador Jean
Meyer– “Imagínese que el Gobierno es el padre y la madre es la Iglesia, y el
pueblo somos todos sus hijos, ¿Qué pasa cuando el papá le pega a la mamá? Pues
que los hijos salen a defender a su madre.” Más allá de que creamos o no en lo
que estos hombres creían, vale la pena escuchar cómo pensaban sobre aquella
guerra fratricida, una de las últimas guerras civiles de México en el siglo XX.
Con una
magnífica fotografía, usando de escenografía uno de los pueblos donde se
desarrollaron batallas cristeras; Matías Meyer nos muestra en esta su tercera
película –que él mismo considera un western, a pesar de no tener más que una
escena violenta–, al Coronel Estrada y a sus hombres en los últimos días de su
vida, durante la persecución que sufrieron estos últimos cristeros por parte del gobierno callista a pesar de la
amnistía. Pero nuestro autor no nos muestra a unos mártires religiosos –como si
lo hace la versión hollywoodense– sino a los hombres reales, si se puede usar la palabra, o más bien, a seres humanos.
Si a usted
le gusta ver sangre y maniqueísmo, querido lector, vaya este 21 de abril a ver Cristiada, la película Hollywoodense
sobre este conflicto armado. Si estas películas no son su fuerte, busqué dónde
se presentará próximamente Los Últimos
Cristeros, por que ésta no está producida por la gran industria del
entretenimiento y la nostalgia. A pesar de ser una película que se mueve
despacio, con tomas muy largas, Matías Meyer nos pide paciencia para poder, al
igual que él, contemplar esta película, pensarla en el momento, crearse
emociones muy personales, y si no se está acostumbrado a ese tipo de cine, pues
a echarse una pestañita, en lo que agarra
callo. Te invitó, apreciado lector, a que veas esta película que puede
causarte sensaciones que no te muestra el típico cine de acción y violencia,
con todas las licencias que se permite y que se cuelga del renombre de
historiadores como Jean Meyer, para justificar todos los errores que cometen.
En el próximo número de esta revista, hablaremos de Cristiada. Acompáñennos.
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