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sábado, 24 de marzo de 2012

[Proyector de Ideas] Los Últimos Cristeros.


Los Cristeros no son de derecha ni de izquierda, son del Cielo. 
Matías Meyer.
E
l pasado 27 de febrero en torno al Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM) se presentó en el teatro Javier Barros Sierra de la FES Acatlán el largometraje Los Últimos Cristeros, de Matías Meyer, basada en un par de libros, el primero, una novela de Antonio Estrada, hijo de uno de los últimos cristeros, Florencio, el Coronel Estrada y el otro que es una crónica llamada Testimonio de un Cristero, del coronel Barragán; además de toda una recopilación de imágenes al respecto que ayudan a construir la fotografía del filme.
Esta película, que no quiere ser una apología de los cristeros, ni una caricatura, pero tampoco busca explicarlos, sino sólo contemplarlos por que trata justamente de mostrarnos cómo cree el director –basado en algunas fuentes verídicas– que vivieron los soldados de Cristo que pelearon en el Bajío tras el pacto entre la iglesia y el Estado, por defender, aparentemente, su religión ante la persecución de éste último. Al respecto, el director menciona una anécdota que contaba algún cristero al padre de aquél –El historiador Jean Meyer– “Imagínese que el Gobierno es el padre y la madre es la Iglesia, y el pueblo somos todos sus hijos, ¿Qué pasa cuando el papá le pega a la mamá? Pues que los hijos salen a defender a su madre.” Más allá de que creamos o no en lo que estos hombres creían, vale la pena escuchar cómo pensaban sobre aquella guerra fratricida, una de las últimas guerras civiles de México en el siglo XX.
Con una magnífica fotografía, usando de escenografía uno de los pueblos donde se desarrollaron batallas cristeras; Matías Meyer nos muestra en esta su tercera película –que él mismo considera un western, a pesar de no tener más que una escena violenta–, al Coronel Estrada y a sus hombres en los últimos días de su vida, durante la persecución que sufrieron estos últimos cristeros por parte del gobierno callista a pesar de la amnistía. Pero nuestro autor no nos muestra a unos mártires religiosos –como si lo hace la versión hollywoodense– sino a los hombres reales, si se puede usar la palabra, o más bien, a seres humanos.
Si a usted le gusta ver sangre y maniqueísmo, querido lector, vaya este 21 de abril a ver Cristiada, la película Hollywoodense sobre este conflicto armado. Si estas películas no son su fuerte, busqué dónde se presentará próximamente Los Últimos Cristeros, por que ésta no está producida por la gran industria del entretenimiento y la nostalgia. A pesar de ser una película que se mueve despacio, con tomas muy largas, Matías Meyer nos pide paciencia para poder, al igual que él, contemplar esta película, pensarla en el momento, crearse emociones muy personales, y si no se está acostumbrado a ese tipo de cine, pues a echarse una pestañita, en lo que agarra callo. Te invitó, apreciado lector, a que veas esta película que puede causarte sensaciones que no te muestra el típico cine de acción y violencia, con todas las licencias que se permite y que se cuelga del renombre de historiadores como Jean Meyer, para justificar todos los errores que cometen. En el próximo número de esta revista, hablaremos de Cristiada. Acompáñennos.

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